Formación bruta de capital fijo e inversión extranjera directa: revaluar las relaciones entre variables explicativas

Formación bruta de capital fijo e inversión extranjera directa: revaluar las relaciones entre variables explicativas
Año : 2019
Autor/es : Jorge Bolaños Gamarra

La formación bruta de capital fijo es una cuestión económica bastante importante desde el punto de vista del crecimiento y el ciclo de negocios. El indicador es la principal medida para dar cuenta del acrecentamiento del stock de activos fijos y está relacionado de forma directa a la inversión extranjera. Sus fluctuaciones por lo general son asociadas a variaciones en las expectativas de las empresas, el patrón de crecimiento y la confianza de los hogares.

En el caso de Bolivia, hay estudios que demuestran que la naturaleza cíclica de la formación bruta de capital fijo está determinada más por el comportamiento de la inversión privada extranjera que por la inversión pública (Grebe et al; 2015, 15). Según Machicado (Andersen et al; 2016, 123), la tasa de inversión de Bolivia, siguiendo la tendencia de Latinoamérica, parece estar por debajo del 30 por ciento del PIB.

Según Towmey (2002; 8), el modelo más simple para explicar la relación entre formación bruta de capital fijo e inversión extranjera directa es el que relaciona los flujos de capital con las variaciones de la tasa de interés y el rendimiento de portafolios.

En el modelo ecléctico de John Dunning, la inversión extranjera directa está influida por factores como las ventajas organizacionales (beneficios de escala, técnicas de producción y derechos de propiedad) y los atractivos locales (materias primas, salarios e impuestos).

Finalmente, en el modelo OBM (Obsolescing Bargain Model) o de acuerdos obsolescentes, a medida que las empresas acumulan más activos fijos, su poder de negociación se deteriora frente a los gobiernos de los países receptores de inversión.

Asumiendo que los tres modelos son coherentes entre sí y son comprobables empíricamente, debería ser posible demostrar que la inversión extranjera directa es afectada por las variables relacionadas a la facilidad para hacer negocios, que da lugar a un incremento más que proporcional en la formación bruta de capital fijo, y también que a medida que ese incremento se produce, las empresas pierden poder de negociación frente al sector gubernamental, y las subidas de los impuestos, salarios y tarifas no pueden ser disputadas por el sector empresarial.

La evidencia recogida y sistematizada por el Banco Mundial apunta a que, en efecto, Bolivia se encuentra en una situación en la que aumentan las presiones sobre la inversión privada extranjera. Según, el informe Doing Business 2018, el país retrocedió 9 puestos en el ranking de facilidad para hacer negocios, posicionándose actualmente en el lugar 156.

Según Grebe et al, en el primer quinquenio de la década del 1990, la inversión extranjera directa fue mínima. En el segundo quinquenio, a partir de 1995, llegó a superar los mil millones de dólares y alcanzó su punto más alto, como consecuencia de la capitalización. Durante el primer quinquenio de la década del 2000 cayó y se hizo negativa entre 2004 y 2005. Finalmente, entre 2006 y 2010 experimentó una recuperación y estabilización al nivel de 500 millones de dólares.

Una regresión logarítmica entre la serie de datos del Banco mundial de la formación bruta de capital fijo y la inversión extranjera directa neta muestra que existe entre ambos una relación estadísticamente significativa al 95 por ciento de confianza y la elasticidad de la primera respecto a la segunda es de 0.07 por ciento.   

Es necesario reevaluar las relaciones entre las variables económicas vinculadas a los incentivos para hacer negocios y los gastos de operación para las empresas, por un lado, y la formación bruta de capital fijo, por otro.

En Bolivia, la evidencia parece apuntar a que: 1) la acumulación de capital fijo está relacionada a un debilitamiento del poder de negociación de las empresas; 2) el ciclo de negocios está más influido por la inversión privada que por la inversión pública; 3) el nivel de inversión no se corresponde con el nivel que se esperaría en un país con las características de Bolivia.     

Referencias bibliográficas:

Andersen, Lykke; Branisa, Boris; Canelas, Stefano. (2016). El ABC del Desarrollo en Bolivia. Fundación INESAD. Primera edición. La Paz, Bolivia. Recuperado en: https://www.inesad.edu.bo/wp-content/uploads/2016/12/El-ABC-del-desarrollo-en-Bolivia-web.pdf.

Boyán, Rafael; Loza Tellería, Gabriel. (2005). Flujos de capitales y crecimiento: el caso de Bolivia. Encontrado en: UDAPE. (2005) Análisis económico. Volumen 20. La Paz, Bolivia.

CEPAL. (2016). Economic Survey of Latin America and the Caribbean The 2030 Agenda for Sustainable Development and the challenges of financing for development. Naciones Unidas. Santiago, Chile. Recuperado en: https://repositorio.cepal.org/handle/11362/40327

CEPAL. (2018). Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe. Naciones Unidas. Santiago, Chile. Recuperado en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/44326-balance-preliminar-economias-america-latina-caribe-2018

Grebe, Horst et al. (2012). Los ciclos recientes en la economía boliviana: Una interpretación del desempeño económico e institucional (1989-2009). Instituto PRISMA. La Paz, Bolivia. Recuperado en: http://www.pieb.com.bo/factores/archivo/los_ciclos_recientes.pdf

Towmey, Michael. (2002). A Century of Foreign Investment in the Third World. Routledge e-library. Primera edición. Londres, Inglaterra.

 




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